Psico-USF, v. 10, n. 2, p. 161-168, jul./dez. 2005
Psico-USF, v. 9, n. 2, p. - , Jul./Dez. 2004
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
José Ángel Vera Noriega1
Dulce Karina Morales Nebuay
Cristina Vera Noriega
José Ángel Vera Noriega1
Dulce Karina Morales Nebuay
Cristina Vera Noriega
Resumen
Se llevo a cabo un estudio con 120 familias en pobreza extrema de las zonas marginales de Hermosillo, Sonora
México. Madres de 32 años en promedio respondieron a una escala de funcionamiento familiar, estrés de la crianza
y sus niños fueron medidos en desarrollo cognitivo. El objetivo fue evaluar las diferencias significativas entre los
tres tipos de familias en su desarrollo cognitivo, el estrés de la crianza y el clima familiar. Se clasificaron las familias
en base a la medida de clima familiar con un análisis de conglomerados (clusters). Los resultados indican: a) tres
tipos de climas, que etiquetamos como, disciplinado, cohesionado y sin orientación; b) clima sin orientación se
asocia a una percepción negativa del niño y de restricciones por la maternidad y presentan las medias mas bajas de
desarrollo cognitivo; c) el clima cohesivo se asocia con menos estrés en la madre por la crianza y los puntajes mas
alto de desarrollo cognitivo.
Palabras Claves: Desarrollo cognitivo; Funcionamiento familiar; Estrés de la crianza; Pobreza urbana.
Relationship of the cognitive development with the family clime and stress of the childrearing
Abstract
A study was performed over 120 families located in the marginal areas of Hermosillo, Sonora, Mexico. Mothers
whose age averaged 32 years old responded to a scale of family performance and childrearing stress; their children
were measured throughout cognitive development. This study was aimed to evaluate significant differences with
regards to cognitive development, child-rearing stress and family environment among the three types of family. The
families were classified based on a measurement of family environment with a cluster analysis. Consequently, the
results indicate the following: a) Three different types of environment, which were labeled as disciplined, in
harmony and without direction; b) the environment without direction becomes associated to a negative perception
of the child and motherhood restrictions, resulting with the lowest average of cognitive development, thus; c) the
cohesive environment becomes associated with a lower level of stress in the mother induced by child-rearing and
with the highest records of cognitive development.
Keywords: Cognitive development; Family performance; Child-rearing stress; Urban poverty.
Introducción
Alrededor de los años 60’s, la familia mexicana
conservaba fuertes raíces mestizas que le daban un
carácter patriarcal, de gran respeto a los padres y una
actitud sumisa y obediente a los hijos. Es a partir de la
gran industrialización de nuestro país y el crecimiento
desproporcionado de las ciudades que la familia sufre
importantes cambios. La modernidad ha ido modelando
la vida de las personas al ritmo que la ciudad y los
adelantos tecnológicos lo permiten (Salguero & López,
1996). En nuestro país el estudio sobre el funcionamiento
de la familia ha sido desarrollado principalmente en las
últimas dos décadas (Montiel & Rivera, 1996), y el
interés por estudiar las pautas de interacción familiar ha
incrementado considerablemente. Las investigaciones
alrededor de la familia han analizado las interacciones, la
organización y la forma en que funcionan las familias.
Se ha estudiado el efecto de la clase social (Deutch,
1983), el divorcio (Holroyd & Sheppard, 1997), los
estilos de interacción (Biller, 1982), las relaciones
matrimoniales, el uso de alcohol y drogas, las redes de
apoyo familiares, las características del niño; si bien no
todas estas variables interactúan de manera directa,
algunas tienen relación con las características individuales
de los padres, otras con el contexto socioeconómico
familiar y otras más con el niño (Webster-Stratton, 1990).
En el estudio de la familia en México se ha
dado gran relevancia al papel de la madre por la función
que la cultura le impone sobre la crianza de los hijos;
1 Nota de rodapié: Dirección del Autor y correspondencia:
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. – Departamento de Desarrollo Regional
Apartado Postal 1.735 – Carretera a la Victoria km 6 – Ejido la victoria – Hermosillo Sonora México 83.000.
Tel 00_54-662-2892400-ramal 317 – Fax 00_54-662-2800055.
E-mail: avera@cascabel.ciad.mx
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Vera, Moreno, Villagrana, Domínguez y Yañez (1988)
indican que mientras más estresadas, aisladas y con
problemas de salud se consideren las madres, perciben
menos apoyo de su pareja al ejercer la crianza. Vera y
Domínguez (1996) fortalecen éste hallazgo y señalan
que la percepción de apoyo de la pareja es fundamental
y que se relaciona con el estrés de la madre.
Además se ha encontrado que una actitud
negativa de la madre hacia el niño incrementa los
niveles de estrés en la madre, afectando la posibilidad de
predecir adecuadamente su conducta futura hacia el niño y
afectando las características de la interacción madre–hijo
(Lutenbacher & Hall, 1998; Field, 2000; Rahman,
Harrington & Bunn, 2002). Sobre la base de lo anterior,
se ha partido del supuesto y aceptación de que las
variables anteriores son las que han explicado en parte los
efectos que tiene el cuidado del niño sobre el desarrollo
infantil en comunidades marginadas. Así también, se ha
encontrado que la pobreza, el bajo nivele de educación
de la madre y algunos otros correlatos están asociados
con poca estimulación hacia el niño (McLoyd, 1998).
Pianta y Egeland, (1990) indican que las fuentes
de estrés que más afectan las relaciones interpersonales
de la madre y la familia surgen cuando la madre forma
parte de una familia en desventaja económica. Muchas
investigaciones se han centrado en identificar y evaluar
el desarrollo cognitivo de los niños que se encuentran
en desventaja económica y social, el aprovechamiento
escolar y el desarrollo socioemocional del niño; éstas
investigaciones plantean que la pobreza, durante el
periodo preescolar tiene efectos más adversos sobre el
desarrollo del niño (McLoyd, 1998; Ritcher, 2003). Vera,
Velasco y Morales (1998) opinan que el ingreso familiar
puede influir sustancialmente en el desarrollo de los
niños, de manera directa a través de los recursos
destinados en alimentación y salud y de manera indirecta
por las características perceptivas de las mamás. Los
vecindarios de bajo nivel de ingreso tienen ciertas
características que se relacionan con las oportunidades
de interacción que se tienen y con la diversificación de las
experiencias. Las familias de bajos ingresos tienden a vivir
en espacios más pequeños, el número de personas que vive
en la casa determina la privacía de que puede gozar cada
cual, la frecuencia de los encuentros con los otros
miembros de la familia, y el uso de los mismos espacios
para distintos propósitos (Newman & Newman, 1983).
Laosa (1982) reportó que a mayor escolaridad
de los padres menos problemas de aprendizaje en sus hijos
y que la madre presenta conductas que favorecen el
desarrollo infantil: modelamiento, reforzamiento y el
responder a preguntas del niño. Asimismo los padres con
niveles superiores de estudio enseñan a sus hijos a leer o
algunos elementos precurrentes de lectura antes de entrar
a la escuela y les leen con frecuencia. Las madres con
mayor escolaridad tienen mayores aspiraciones para sus
hijos que las madres con baja escolaridad, también las
expectativas de crianza son diferentes para cada tipo de padres.
Duyckaerts (1979, citado en Torres, Reyes & Garrido,
1998) trabaja con madres de dos clases sociales: media y
baja. El autor reporta que las madres de clase social media
tienden a ser más abiertas en sus demostraciones afectivas
con sus hijos y platican más con ellos que las madres de
clase social baja, quienes solo interactúan con sus hijos en
actividades de cuidado: baño, alimentación, etc.
De ahí el interés del presente estudio por
profundizar en la comprensión de las dimensiones del
funcionamiento familiar, estrés de la crianza en la madre
y desarrollo cognoscitivo del niño en zona urbana de la
periferia, a partir de instrumentos de evaluación
utilizados en la población mexicana.
El objetivo general de este estudio es evaluar
la relación del tipo de funcionamiento familiar y el
estrés de la crianza, con el desarrollo cognitivo en una
muestra infantil peri-urbana de 6-8 años de la ciudad de
Hermosillo, Sonora en condiciones de pobreza extrema.
Los objetivos particulares son: 1) Evaluar las
subescalas del clima familiar en madres con niños de 6-
8 años en comunidades peri-urbanas marginadas de
Hermosillo, Sonora; 2) Obtener una tipología familiar;
3) Correlacionar la tipología familiar con los puntajes de
desarrollo cognitivo del niño y los puntajes de estrés de
la crianza; 4) Medir la variabilidad del estrés de la
crianza del Indice de Estrés Parental (IEP) en madres
con niños de 6-8 años de una comunidad peri-urbana
de Hermosillo, Sonora; 5) Evaluar la dinámica de la
relación entre el desarrollo cognitivo del niño de 6-8
años y las variables psicosociales
Método
Sujetos
La muestra está constituida por un total de 120
familias peri-urbanas de la ciudad de Hermosillo,
Sonora, México. Con niños de primer año de educación
primaria entre los 6-8 años de edad.
La selección de las familias se realizó
considerando como criterio principal que se localizaran
en la periferia de la ciudad, puesto que comparada con
otras zonas de la ciudad de Hermosillo, muestra
criterios de marginalidad y pobreza de acuerdo a datos
proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI, 1996). Se decidieron
como indicadores socioeconómicos de familias de
estrato social bajo los siguientes criterios: aquellos en
los cuales el ingreso familiar sea uno o dos salarios
mínimos, percibido por el jefe de familia (125 a 250
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dólares), así como la ocupación del mismo, donde la
educación de la madre sea primaria y/o secundaria y
por último que la vivienda, por lo menos contara con
los servicios básicos (agua y luz). Cada indicador tiene
un valor de 1 a 5 puntos, al sumar el valor total de los
cuatro criterios se obtiene el estrato socioeconómico.
Estos datos se obtuvieron de la encuesta socioeconómica
según el método Graffar que es una sección de
la Escala de Clima Familiar (Moos, 1974).
Instrumentos de evaluación
La Escala de Clima Familiar de Rudolf Moos
(1974) evaluó la percepción que las madres tienen de su
clima familiar con respecto a tres dimensiones las cuales
a su vez constan de diez subescalas, conformando un
instrumento con 90 reactivos de falso-verdadero; además
contiene una pequeña encuesta para evaluar estrato
socioeconómico. Las dimensiones son las siguientes:
Dimensión de relación: cohesión, expresividad y conflicto;
Dimensión de crecimiento personal: independencia,
orientación hacia el logro, orientación hacia las
actividades culturales e intelectuales, orientación hacia
las recreacionales y el énfasis en los aspectos morales y
religiosos; Dimensión de mantenimiento del sistema:
organización y control. Cada una de estas subescalas
cuenta con 9 reactivos.
Se utilizó el instrumento de evaluación del
Desarrollo Cognoscitivo de Niños Escolares (DECONI)
para medir las áreas de desarrollo de niños de 0 a 6 años.
Es una medida básica de actividad conductual, atención,
memoria y cognición. Las subescalas evalúan: fluidez
verbal (2 reactivos), ordenación de dibujos (3), figuras
incompletas (6), logro visual (7), diseño con prismas (7),
retención de dígitos (10), laberintos (4). (Chandler,
Walker, Connolly & Grantham, 1995).
El Índice de Estrés Parental (IEP) desarrollado
por Abidín (1992), fue recientemente ajustado y
validado por Montiel y Vera (1998). Se obtuvieron 4
factores que explican el 59% de la varianza; el factor 1
comprende las subescalas de demanda, distractibilidad
(7 reactivos) y aceptancia (2); el factor 2 comprende las
características del niño: adaptabilidad (14), humor (5) y
reforzamiento (6); el factor 3 incluye a las características
maternas de aislamiento (6), depresión (6) y salud (4); y
el factor 4 comprende las características maternas de
apego (6), competencia (5) y restricción (6).
Resultados
Descripción de la población
Características familiares: El ingreso semanal que
se percibe en estas familias es como mínimo $100
(9 dólares) y el salario máximo percibido es de $1.700
(150 dólares), con un promedio de $598 (55 dólares)
en la mayoría de las familias. Entre las características
de las madres de familia encontramos que la edad
media es de 32 años, siete de cada diez terminaron
los seis años de escolaridad y ocho de cada diez son
amas de casa y por lo tanto mamas de tiempo
completo. Nueve de cada diez padres de las familias
entrevistadas trabaja como obrero no calificado o
como empleado, lo cual implica un salario menor a los
5 salarios mínimos.
Características de las viviendas: En general, las
casas son de 3 cuartos (una recámara, un baño y una
cocina) y en su mayoría están construidas de ladrillo,
concreto y lámina, una de cada dos viviendas no tienen
drenaje y utilizan fosa séptica. Todos los hogares tienen
estufa de gas y nueve de cada diez tienen refrigerador,
todos cuentan con luz y agua potable, radio y televisión,
recolección de basura y transporte publico.
Estadística descriptiva
Descripción de las subescalas de clima familiar:
En un análisis de frecuencia para los puntajes absolutos
o directos de cada subescala, encontramos que en las
subescalas de conflicto, actividades recreativas y control,
los porcentajes de respuestas de las madres de familia
reporten una baja frecuencia o probabilidad de llevar a
cabo actividades recreativas disciplinarias o de conflicto.
Por el contrario las subescalas de cohesión, expresividad,
independencia, orientación al logro, énfasis moralreligioso
y organización tienen un porcentaje de
respuesta de 6 y 7, esto es, las madres reportaron
realizar frecuentemente estas conductas. Con el objeto
de ajustar estas las frecuencias absolutas al nivel
socioeconómico del estudio se llevo a cabo un análisis
de frecuencia de cada una de las subescalas (ECF) con
respecto a un nivel de clasificación. Se plantea que los
niveles centrales son facilitadores del funcionamiento
familiar mientras que los extremos son vistos como
problemáticos. En la Tabla 1 se presentan las
subescalas. Se observa que las actividades intelectuales–
culturales, actividades recreativas y el control se encuentran
en niveles bajos, lo cual significa que las madres
perciben no realizar ó realizar con poca frecuencia este
tipo de actividades. En el otro extremo de la tabla se
observan porcentajes altos en las subescalas de expresividad,
independencia, orientación al logro, organización
y actividades moral-religiosas, esto significa que las
madres perciben realizar con mayor frecuencia
conductas que corresponden a estas actividades.
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Tabla 1 – Descripción de los niveles de clasificación de las subescalas de la ECF
Subescala Niveles
1 2 3 4 5 6 7
Cohesión % 9,2 21,4 17,3 25,5 2,0 13,3 11,2
Expresividad % 6,1 13,3 21,4 2,0 26,5 22,4 8,2
Independencia % 19,4 5,1 19,4 21,4 9,2 11,2 14,3
Conflicto % 5,1 18,4 17,3 8,2 26,5 15,3 9,2
Orient. logro % 7,1 14,3 16,3 5,1 23,5 11,2 22,4
Orient. act. recreativas % 40,8 26,5 22,4 1,0 7,1 2,0
Orient. act. cult.-intelectual % 40,8 23,5 8,2 12,2 9,2 5,1 1,0
Enfasis moral-religioso % 4,1 6,1 20,4 1,0 26,5 26,5 15,3
Organización % 9,2 13,3 18,4 1,0 22,4 17,3 18,4
Control % 23,5 22,4 13,3 9,2 20,4 9,2 2,0
El valor del nivel oscila de 1 a 7 (1 es muy bajo y 7 muy alto).
Tipología de familias
Se realizó un análisis de conglomerados Kmedias
para los niveles de clasificación de las subescalas.
Este tipo de análisis permite agrupar a las familias según
las dimensiones y subescalas prevalecientes a su clima
familiar. La taxonomía resultante destaca tres conglomerados
considerando a cada uno como un subgrupo o tipo
de familia, puesto que cada conglomerado tiene características
que lo definen. El procedimiento seguido para definir
el número de agrupamientos y el tipo no jerárquico de
K-medias fue elegido en base a pruebas de Quick clusters
no estandarizados y revisión de medias y cuartiles de la
distribución (Hair, Anderson, Tatham & Black, 2000).
Familias disciplinadas: Son familias orientadas
al conflicto constante y no existe unión entre los integrantes
de estas familias. Se presentan conductas de
control y seguimiento de reglas, así como la organización
de actividades. Esto es, se busca la organización en las
actividades intrafamiliares así como el seguimiento de
las reglas establecidas o el establecimiento de nuevas.
Además son familias que están muy inclinadas al logro
de sus metas. Son moralistas, poco expresivas y sus
actividades intelectuales y recreativas no son frecuentes.
Familias cohesionadas: Orientadas a la dimensión
de relación y de crecimiento personal, generalmente son
altamente unidas y organizadas, así se estimulan para
actuar abiertamente y expresan directamente opiniones
y sentimientos, además de percibirse como personas
independientes. Están orientadas al logro de metas y
objetivos. Se percibe el conflicto pero al parecer es
resuelto en forma efectiva.
Familias sin orientación: Este tipo de familias
no están orientadas a ninguna dimensión. Las familias
con éstas características son moralistas y expresivas. No
hay control ni actividades intelectuales. El conflicto se
presenta muy frecuentemente. Los integrantes de estas
familias son medianamente independientes, lo que significa
que presentan esta conducta sólo en algunos casos y
cuando es conveniente para ellos. Las reglas que se
establecen son pocas y es muy probable que no se sigan.
Con el fin de buscar la relación entre los tipos
de familias que se obtuvieron y el estrés de la crianza
(dimensión de las características de la madre y
dimensión de las características del niño), así como la
relación de los tipos de familia con el desarrollo
cognitivo del niño, se realizó un análisis de varianza de
una sola vía con efectos fijos y sus respectivas pruebas
post-hoc de Tukey-B (SPSS, 1997) para el factor tipos de
familia y cada variable mencionada.
Tipología familiar y características de la madre y del niño
Es importante aclarar que puntajes altos indican
mas percepción de estrés en la crianza. En la Tabla 2 se
observa que las familias desorientadas tienen los puntajes
de medias mas altos, siendo significativa la subescala de
restricción, donde, la familia desorientada hace la diferencia.
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Tabla 2 – Comparación de medias entre tipo de dinámica familiar (ECF) y características de la madre y del niño
(IEP) e dos comparaciones significativas y dos relacionadas
Tipo familia Restricción Salud N Atención Humor
Disciplinada Media 17,14 12,14 35 20,40 11,91
Desv. 5,41 2,18 3,58 3,96
Cohesiva Media 17,02 12,00 34 21,58 11,52
Desv. 5,79 2,32 4,81 4,36
No-orientada Media 19,93* 11,51 29 22,34 15,31*
Desv. 4,36 2,45 5,56 5,05
Total Media 17,92 11,90 98 21,38 12,78
Desv. 5,37 2,30 4,68 4,69
* p=0,05 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
Cuando el factor es el tipo de familia (ECF) y
las características del niño (IEP) son la variable dependiente
(Tabla 2) se observa como significativa la
subescala de humor; donde las familias desorientadas
hacen la diferencia entre los grupos.
Tipología familiar y desarrollo cognitivo del niño
Las variables Tiempo de diseño de prismas y
Puntaje de secuencia (DECONI) presentaron niveles de
significancia al 0,01 para la primer variable y de 0,03
para el puntaje de secuencia, véase Tabla 3. La familia
cohesionada (ECF) hace la diferencia en puntaje de
secuencia y la familia disciplinada (ECF) hace la
diferencia en tiempo de diseño de prisma.
Tabla 3 – Comparación de medias para tipo de familia y las dimensiones de desarrollo cognitivo del niño (DECONI)
Tipo Puntaje Tiempo
familia Diseño
prisma
Logro
visual
Productos Laberinto Secuencia
Diseño
prisma
Laberinto Secuencia N
Discipli- Media 7,31 49,23 16,23 7,40 3,09 106,55** 48,62 46,75 35
nada Desv. 4,25 14,12 4,15 1,90 1,67 41,35 24,52 21,67
Cohesiva Media 9,18 51,41 16,88 8,03 4,44* 81,38 39,68 44,75 34
Desv. 5,58 13,39 5,13 1,78 3,04 47,10 24,69 22,31
Desorien- Media 9,55 51,10 15,66 7,62 2,97 89,10 45,25 43,55 29
tada Desv. 4,87 11,80 5,30 1,70 1,72 32,62 22,90 22,13
Total Media 8,62 50,54 16,29 7,68 3,52 92,65 44,52 45,11 98
Desv. 4,98 13,12 4,83 1,80 2,33 42,18 24,17 21,84
* p=0,015 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
** p=0,038 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
Funcionamiento familiar, estrés de la crianza y desarrollo
cognitivo
Un análisis de varianza simple considerando los
totales de las subescalas para las variables dependientes
dimensión características de la madre y dimensión
características del niño (IEP) se observa valores
significativos en los puntajes de estrés de la crianza y
dimensión del niño respectivamente.
Tabla 4 – Comparación de medias de los tipos de familia con desarrollo cognitivo y estrés de la crianza
Tipos Familia Estrés de la
crianza
Dimensión del
niño
Dimensión de
la madre
Desarrollo
cognitivo
N
Disciplinada Media 169,4286 91,5429 77,8857 84,1143 35
Desv. 33,1958 15,4165 20,3308 20,9885
Cohesionada Media 165,6176 89,4412 76,1765 88,5294 34
Desv. 25,6740 15,0438 13,9707 18,0172
Desorientada Media 186,2414 100,8276 85,4138 86,2414 29
Desv. 37,8462 21,5871 18,9615 15,6311
F 3,5 1125 2,3 168
P 0,03 0,02 0,10 0,61
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En la comparación de medias, las familias
desorientadas (ECF) mostraron puntajes mas altos con
respecto a las variables dependientes. Este tipo de
familias conceptualiza la crianza como más estresante,
tanto en la dimensión de la madre como la del niño
pero sus hijos no se encuentran desaventajados
comparados con los de los otros tipos de familias.
Discusión y conclusiones
El tamizaje nos presenta una imagen clara de la
población estudiada, lo cual puede deberse a diferentes
razones; primero, se tiene una población muy homogénea
es decir, con características muy similares y específicas
en lo social; y segundo, se encuentran todos en el mismo
momento de desarrollo familiar; es decir, se trata de
parejas jóvenes con dos o tres hijos pequeños sin adolescentes
y viviendo en condiciones de pobreza extrema.
En el análisis donde se espera una relación
entre los datos de funcionamiento familiar y el estrés de
la crianza en la dimensión de la madre, se observa que el
tipo de familia sin orientación está relacionado con la
dimensión de la madre, en particular con la subescala de
restricción, en la cual la madre percibe que su papel de
madre restringe su libertad e interfiere con las
actividades y/o logros que mantienen su identidad. Con
respecto a la dimensión del niño se encontró relación
entre el subgrupo de familia sin orientación con la
subescala de humor; según el IEP, en la conceptualización
que la madre tiene de su hijo, ellas perciben a un
niño triste, deprimido, que llora frecuentemente y no
muestra signos de felicidad. Comparándola con los
otros dos subgrupos, las familias sin orientación son
poco favorables para un funcionamiento adaptativo en
otros entornos o poco saludables.
Las percepciones de los padres hacia la
conducta de sus hijos y sus sentimientos de competencia
como padres son elementos esenciales (Mash &
Johnston, 1990); todos los padres enfrentan situaciones
de tensión diariamente y sus efectos pueden acumularse
y afectar la calidad del maternaje y de la interacción
madre-hijo dentro de la familia a la que pertenecen.
Un factor que no mostró diferencias estadísticas
al relacionarlo con el desarrollo cognitivo fue el
ingreso familiar, el salario que estas familias perciben no
es suficiente y es muy probable que no satisfaga todas
las necesidades básicas de la familia (alimentación,
vivienda, vestido y salud), pero dada la homogeneidad
de la población era imposible tener la variabilidad
suficiente para evaluar el impacto de esta variable.
Una consideración que es fundamental para
iniciar esta discusión se refiere a que en lo psicológico,
la pobreza no es importante en términos de lo que se
pueda comprar o tener sino con relación a la manera en
que impacta el desarrollo cognitivo del niño y su
bienestar social. Los padres con muchas ganancias
sostienen como definición de éxito un nivel alto de
expectativas, mientras que padres de bajo salario tienen
una motivación al logro que promueve muy poco al
éxito en la escuela (Entwisle, Alexander & Olson, 1997).
Entendido de esta manera, no es la situacionalidad
geográfica urbana de la periferia la variable directa, sino
un periodo en el que se encuentra la familia, donde
existe una alta vulnerabilidad al impacto de la pobreza
puesto que es el primer año escolar de su hijo y en la
mayoría de las familias es el primogénito. Es durante
este periodo que la familia se encuentra en crecimiento
y ajuste, tanto psicológico como económico, por lo que
la pobreza amenaza con mayor riesgo la estabilidad de la
familia (Bronfenbrenner, McClelland, Werhington, Moen
& Ceci, 1996). Además es un proceso donde interactúan
algunas variables sociales como la ocupación del padre,
el nivel educativo de la madre, no sólo pensando en la
escolaridad sino en las habilidades de socialización de
los padres; el ingreso familiar y las condiciones de la
vivienda. Estudios anteriores (Haveman & Wolf, 1995;
Conger, Conger & Elder, 1997) sugieren que una combinación
de las variables mencionadas se correlaciona
significativamente con el desarrollo académico.
Como se observa en la Tabla 3 los niños de
familias disciplinadas se toman mas tiempo para responder
y tienen las medias mas bajas en contraste con los
niños de familias cohesivas, cuyos tiempos de respuesta
son los más bajos de los tres tipos de familias y sin
embargo tienen las medias mas altas, especialmente en
secuencia, en donde si existe diferencia significativa.
En las familias cohesivas, se presentan frecuentemente
conductas de expresividad, independencia,
crecimiento personal, orientación al logro y organización;
existe el conflicto pero se resuelve de manera positiva.
Al parecer, esto es mas favorecedor hacia el niño que las
conductas orientadas al control, establecimiento y
seguimiento de reglas de las familias disciplinadas y eso
también se ve reflejado sobre los puntajes de estrés de
la crianza, en donde las madres de familias cohesivas se
perciben a sí mismas como menos estresadas por la
crianza de sus hijos, menos restringidas por su papel de
madre y perciben mayor apoyo de la pareja.
Es interesante hacer notar que en las condiciones
de pobreza extrema y considerando personas
con 6 a 10 años viviendo en pareja, sería inútil
promover estrategias de convivencia y el interés por la
socialización dentro de la familia sin enfatizar la
disciplina como rasgo fundamental. Más aún, cualquier
estrategia dirigida a establecer condiciones para el
desarrollo del niño y la familia urbana en pobreza
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
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extrema deberá apuntar hacia el establecimiento de
habilidades de expresividad e independencia y manejo
de conflictos y sobre todo habilidades de entrenamiento
en relaciones interpersonales y socialización. El comportamiento
dirigido a metas y orientado a la organización y
al logro en la familia son dos patrones que deberán
establecerse para darle una orientación al proceso
(Ritcher, 2003). En este momento del desarrollo de la
familia, lo que parece interferir en el desarrollo del niño
e incrementar el estrés de la madre son las medidas de
control y la falta de habilidades de relación interpersonal,
lo mismo que la definición de metas y dirección de
acciones organizativas orientadas al logro, al menos en las
zonas urbanas empobrecidas de las ciudades de México.
Agradecimentos
Los autores agradecen a la Secretaria De
Educación y Cultura del Estado de Sonora y al Sistema
Nacional de Integración de la Familia por el financiamiento
otorgado para la realización del estudio.
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Recebido em agosto de 2005
Reformulado em outubro de 2005
Aprovado em outubro de 2005
Sobre os autores:
José Ángel Vera Noriega é doutor em Psicologia, investigador do Centro de Investigação em Alimentação e
Desenvolvimento A. C. e professor do Departamento de Psicologia e Ciências da Comunicação da Universidade de
Sonora.
Dulce Karina Morales Nebuay é psicóloga da Direção-Geral de Educação Indígena da Secretaria de Educação do
Estado de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
Cristina Vera Noriega é psicóloga da Direção-Geral de Educação Especial da Secretaria de Educação do Estado
de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
Se llevo a cabo un estudio con 120 familias en pobreza extrema de las zonas marginales de Hermosillo, Sonora
México. Madres de 32 años en promedio respondieron a una escala de funcionamiento familiar, estrés de la crianza
y sus niños fueron medidos en desarrollo cognitivo. El objetivo fue evaluar las diferencias significativas entre los
tres tipos de familias en su desarrollo cognitivo, el estrés de la crianza y el clima familiar. Se clasificaron las familias
en base a la medida de clima familiar con un análisis de conglomerados (clusters). Los resultados indican: a) tres
tipos de climas, que etiquetamos como, disciplinado, cohesionado y sin orientación; b) clima sin orientación se
asocia a una percepción negativa del niño y de restricciones por la maternidad y presentan las medias mas bajas de
desarrollo cognitivo; c) el clima cohesivo se asocia con menos estrés en la madre por la crianza y los puntajes mas
alto de desarrollo cognitivo.
Palabras Claves: Desarrollo cognitivo; Funcionamiento familiar; Estrés de la crianza; Pobreza urbana.
Relationship of the cognitive development with the family clime and stress of the childrearing
Abstract
A study was performed over 120 families located in the marginal areas of Hermosillo, Sonora, Mexico. Mothers
whose age averaged 32 years old responded to a scale of family performance and childrearing stress; their children
were measured throughout cognitive development. This study was aimed to evaluate significant differences with
regards to cognitive development, child-rearing stress and family environment among the three types of family. The
families were classified based on a measurement of family environment with a cluster analysis. Consequently, the
results indicate the following: a) Three different types of environment, which were labeled as disciplined, in
harmony and without direction; b) the environment without direction becomes associated to a negative perception
of the child and motherhood restrictions, resulting with the lowest average of cognitive development, thus; c) the
cohesive environment becomes associated with a lower level of stress in the mother induced by child-rearing and
with the highest records of cognitive development.
Keywords: Cognitive development; Family performance; Child-rearing stress; Urban poverty.
Introducción
Alrededor de los años 60’s, la familia mexicana
conservaba fuertes raíces mestizas que le daban un
carácter patriarcal, de gran respeto a los padres y una
actitud sumisa y obediente a los hijos. Es a partir de la
gran industrialización de nuestro país y el crecimiento
desproporcionado de las ciudades que la familia sufre
importantes cambios. La modernidad ha ido modelando
la vida de las personas al ritmo que la ciudad y los
adelantos tecnológicos lo permiten (Salguero & López,
1996). En nuestro país el estudio sobre el funcionamiento
de la familia ha sido desarrollado principalmente en las
últimas dos décadas (Montiel & Rivera, 1996), y el
interés por estudiar las pautas de interacción familiar ha
incrementado considerablemente. Las investigaciones
alrededor de la familia han analizado las interacciones, la
organización y la forma en que funcionan las familias.
Se ha estudiado el efecto de la clase social (Deutch,
1983), el divorcio (Holroyd & Sheppard, 1997), los
estilos de interacción (Biller, 1982), las relaciones
matrimoniales, el uso de alcohol y drogas, las redes de
apoyo familiares, las características del niño; si bien no
todas estas variables interactúan de manera directa,
algunas tienen relación con las características individuales
de los padres, otras con el contexto socioeconómico
familiar y otras más con el niño (Webster-Stratton, 1990).
En el estudio de la familia en México se ha
dado gran relevancia al papel de la madre por la función
que la cultura le impone sobre la crianza de los hijos;
1 Nota de rodapié: Dirección del Autor y correspondencia:
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. – Departamento de Desarrollo Regional
Apartado Postal 1.735 – Carretera a la Victoria km 6 – Ejido la victoria – Hermosillo Sonora México 83.000.
Tel 00_54-662-2892400-ramal 317 – Fax 00_54-662-2800055.
E-mail: avera@cascabel.ciad.mx
José Ángel Vera Noriega, Dulce Karina Morales Nebuay, Cristina Vera Noriega
Psico-USF, v. 10, n. 2, p. 161-168, jul./dez. 2005
162
Vera, Moreno, Villagrana, Domínguez y Yañez (1988)
indican que mientras más estresadas, aisladas y con
problemas de salud se consideren las madres, perciben
menos apoyo de su pareja al ejercer la crianza. Vera y
Domínguez (1996) fortalecen éste hallazgo y señalan
que la percepción de apoyo de la pareja es fundamental
y que se relaciona con el estrés de la madre.
Además se ha encontrado que una actitud
negativa de la madre hacia el niño incrementa los
niveles de estrés en la madre, afectando la posibilidad de
predecir adecuadamente su conducta futura hacia el niño y
afectando las características de la interacción madre–hijo
(Lutenbacher & Hall, 1998; Field, 2000; Rahman,
Harrington & Bunn, 2002). Sobre la base de lo anterior,
se ha partido del supuesto y aceptación de que las
variables anteriores son las que han explicado en parte los
efectos que tiene el cuidado del niño sobre el desarrollo
infantil en comunidades marginadas. Así también, se ha
encontrado que la pobreza, el bajo nivele de educación
de la madre y algunos otros correlatos están asociados
con poca estimulación hacia el niño (McLoyd, 1998).
Pianta y Egeland, (1990) indican que las fuentes
de estrés que más afectan las relaciones interpersonales
de la madre y la familia surgen cuando la madre forma
parte de una familia en desventaja económica. Muchas
investigaciones se han centrado en identificar y evaluar
el desarrollo cognitivo de los niños que se encuentran
en desventaja económica y social, el aprovechamiento
escolar y el desarrollo socioemocional del niño; éstas
investigaciones plantean que la pobreza, durante el
periodo preescolar tiene efectos más adversos sobre el
desarrollo del niño (McLoyd, 1998; Ritcher, 2003). Vera,
Velasco y Morales (1998) opinan que el ingreso familiar
puede influir sustancialmente en el desarrollo de los
niños, de manera directa a través de los recursos
destinados en alimentación y salud y de manera indirecta
por las características perceptivas de las mamás. Los
vecindarios de bajo nivel de ingreso tienen ciertas
características que se relacionan con las oportunidades
de interacción que se tienen y con la diversificación de las
experiencias. Las familias de bajos ingresos tienden a vivir
en espacios más pequeños, el número de personas que vive
en la casa determina la privacía de que puede gozar cada
cual, la frecuencia de los encuentros con los otros
miembros de la familia, y el uso de los mismos espacios
para distintos propósitos (Newman & Newman, 1983).
Laosa (1982) reportó que a mayor escolaridad
de los padres menos problemas de aprendizaje en sus hijos
y que la madre presenta conductas que favorecen el
desarrollo infantil: modelamiento, reforzamiento y el
responder a preguntas del niño. Asimismo los padres con
niveles superiores de estudio enseñan a sus hijos a leer o
algunos elementos precurrentes de lectura antes de entrar
a la escuela y les leen con frecuencia. Las madres con
mayor escolaridad tienen mayores aspiraciones para sus
hijos que las madres con baja escolaridad, también las
expectativas de crianza son diferentes para cada tipo de padres.
Duyckaerts (1979, citado en Torres, Reyes & Garrido,
1998) trabaja con madres de dos clases sociales: media y
baja. El autor reporta que las madres de clase social media
tienden a ser más abiertas en sus demostraciones afectivas
con sus hijos y platican más con ellos que las madres de
clase social baja, quienes solo interactúan con sus hijos en
actividades de cuidado: baño, alimentación, etc.
De ahí el interés del presente estudio por
profundizar en la comprensión de las dimensiones del
funcionamiento familiar, estrés de la crianza en la madre
y desarrollo cognoscitivo del niño en zona urbana de la
periferia, a partir de instrumentos de evaluación
utilizados en la población mexicana.
El objetivo general de este estudio es evaluar
la relación del tipo de funcionamiento familiar y el
estrés de la crianza, con el desarrollo cognitivo en una
muestra infantil peri-urbana de 6-8 años de la ciudad de
Hermosillo, Sonora en condiciones de pobreza extrema.
Los objetivos particulares son: 1) Evaluar las
subescalas del clima familiar en madres con niños de 6-
8 años en comunidades peri-urbanas marginadas de
Hermosillo, Sonora; 2) Obtener una tipología familiar;
3) Correlacionar la tipología familiar con los puntajes de
desarrollo cognitivo del niño y los puntajes de estrés de
la crianza; 4) Medir la variabilidad del estrés de la
crianza del Indice de Estrés Parental (IEP) en madres
con niños de 6-8 años de una comunidad peri-urbana
de Hermosillo, Sonora; 5) Evaluar la dinámica de la
relación entre el desarrollo cognitivo del niño de 6-8
años y las variables psicosociales
Método
Sujetos
La muestra está constituida por un total de 120
familias peri-urbanas de la ciudad de Hermosillo,
Sonora, México. Con niños de primer año de educación
primaria entre los 6-8 años de edad.
La selección de las familias se realizó
considerando como criterio principal que se localizaran
en la periferia de la ciudad, puesto que comparada con
otras zonas de la ciudad de Hermosillo, muestra
criterios de marginalidad y pobreza de acuerdo a datos
proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI, 1996). Se decidieron
como indicadores socioeconómicos de familias de
estrato social bajo los siguientes criterios: aquellos en
los cuales el ingreso familiar sea uno o dos salarios
mínimos, percibido por el jefe de familia (125 a 250
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
Psico-USF, v. 10, n. 2, p. 161-168, jul./dez. 2005
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dólares), así como la ocupación del mismo, donde la
educación de la madre sea primaria y/o secundaria y
por último que la vivienda, por lo menos contara con
los servicios básicos (agua y luz). Cada indicador tiene
un valor de 1 a 5 puntos, al sumar el valor total de los
cuatro criterios se obtiene el estrato socioeconómico.
Estos datos se obtuvieron de la encuesta socioeconómica
según el método Graffar que es una sección de
la Escala de Clima Familiar (Moos, 1974).
Instrumentos de evaluación
La Escala de Clima Familiar de Rudolf Moos
(1974) evaluó la percepción que las madres tienen de su
clima familiar con respecto a tres dimensiones las cuales
a su vez constan de diez subescalas, conformando un
instrumento con 90 reactivos de falso-verdadero; además
contiene una pequeña encuesta para evaluar estrato
socioeconómico. Las dimensiones son las siguientes:
Dimensión de relación: cohesión, expresividad y conflicto;
Dimensión de crecimiento personal: independencia,
orientación hacia el logro, orientación hacia las
actividades culturales e intelectuales, orientación hacia
las recreacionales y el énfasis en los aspectos morales y
religiosos; Dimensión de mantenimiento del sistema:
organización y control. Cada una de estas subescalas
cuenta con 9 reactivos.
Se utilizó el instrumento de evaluación del
Desarrollo Cognoscitivo de Niños Escolares (DECONI)
para medir las áreas de desarrollo de niños de 0 a 6 años.
Es una medida básica de actividad conductual, atención,
memoria y cognición. Las subescalas evalúan: fluidez
verbal (2 reactivos), ordenación de dibujos (3), figuras
incompletas (6), logro visual (7), diseño con prismas (7),
retención de dígitos (10), laberintos (4). (Chandler,
Walker, Connolly & Grantham, 1995).
El Índice de Estrés Parental (IEP) desarrollado
por Abidín (1992), fue recientemente ajustado y
validado por Montiel y Vera (1998). Se obtuvieron 4
factores que explican el 59% de la varianza; el factor 1
comprende las subescalas de demanda, distractibilidad
(7 reactivos) y aceptancia (2); el factor 2 comprende las
características del niño: adaptabilidad (14), humor (5) y
reforzamiento (6); el factor 3 incluye a las características
maternas de aislamiento (6), depresión (6) y salud (4); y
el factor 4 comprende las características maternas de
apego (6), competencia (5) y restricción (6).
Resultados
Descripción de la población
Características familiares: El ingreso semanal que
se percibe en estas familias es como mínimo $100
(9 dólares) y el salario máximo percibido es de $1.700
(150 dólares), con un promedio de $598 (55 dólares)
en la mayoría de las familias. Entre las características
de las madres de familia encontramos que la edad
media es de 32 años, siete de cada diez terminaron
los seis años de escolaridad y ocho de cada diez son
amas de casa y por lo tanto mamas de tiempo
completo. Nueve de cada diez padres de las familias
entrevistadas trabaja como obrero no calificado o
como empleado, lo cual implica un salario menor a los
5 salarios mínimos.
Características de las viviendas: En general, las
casas son de 3 cuartos (una recámara, un baño y una
cocina) y en su mayoría están construidas de ladrillo,
concreto y lámina, una de cada dos viviendas no tienen
drenaje y utilizan fosa séptica. Todos los hogares tienen
estufa de gas y nueve de cada diez tienen refrigerador,
todos cuentan con luz y agua potable, radio y televisión,
recolección de basura y transporte publico.
Estadística descriptiva
Descripción de las subescalas de clima familiar:
En un análisis de frecuencia para los puntajes absolutos
o directos de cada subescala, encontramos que en las
subescalas de conflicto, actividades recreativas y control,
los porcentajes de respuestas de las madres de familia
reporten una baja frecuencia o probabilidad de llevar a
cabo actividades recreativas disciplinarias o de conflicto.
Por el contrario las subescalas de cohesión, expresividad,
independencia, orientación al logro, énfasis moralreligioso
y organización tienen un porcentaje de
respuesta de 6 y 7, esto es, las madres reportaron
realizar frecuentemente estas conductas. Con el objeto
de ajustar estas las frecuencias absolutas al nivel
socioeconómico del estudio se llevo a cabo un análisis
de frecuencia de cada una de las subescalas (ECF) con
respecto a un nivel de clasificación. Se plantea que los
niveles centrales son facilitadores del funcionamiento
familiar mientras que los extremos son vistos como
problemáticos. En la Tabla 1 se presentan las
subescalas. Se observa que las actividades intelectuales–
culturales, actividades recreativas y el control se encuentran
en niveles bajos, lo cual significa que las madres
perciben no realizar ó realizar con poca frecuencia este
tipo de actividades. En el otro extremo de la tabla se
observan porcentajes altos en las subescalas de expresividad,
independencia, orientación al logro, organización
y actividades moral-religiosas, esto significa que las
madres perciben realizar con mayor frecuencia
conductas que corresponden a estas actividades.
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Tabla 1 – Descripción de los niveles de clasificación de las subescalas de la ECF
Subescala Niveles
1 2 3 4 5 6 7
Cohesión % 9,2 21,4 17,3 25,5 2,0 13,3 11,2
Expresividad % 6,1 13,3 21,4 2,0 26,5 22,4 8,2
Independencia % 19,4 5,1 19,4 21,4 9,2 11,2 14,3
Conflicto % 5,1 18,4 17,3 8,2 26,5 15,3 9,2
Orient. logro % 7,1 14,3 16,3 5,1 23,5 11,2 22,4
Orient. act. recreativas % 40,8 26,5 22,4 1,0 7,1 2,0
Orient. act. cult.-intelectual % 40,8 23,5 8,2 12,2 9,2 5,1 1,0
Enfasis moral-religioso % 4,1 6,1 20,4 1,0 26,5 26,5 15,3
Organización % 9,2 13,3 18,4 1,0 22,4 17,3 18,4
Control % 23,5 22,4 13,3 9,2 20,4 9,2 2,0
El valor del nivel oscila de 1 a 7 (1 es muy bajo y 7 muy alto).
Tipología de familias
Se realizó un análisis de conglomerados Kmedias
para los niveles de clasificación de las subescalas.
Este tipo de análisis permite agrupar a las familias según
las dimensiones y subescalas prevalecientes a su clima
familiar. La taxonomía resultante destaca tres conglomerados
considerando a cada uno como un subgrupo o tipo
de familia, puesto que cada conglomerado tiene características
que lo definen. El procedimiento seguido para definir
el número de agrupamientos y el tipo no jerárquico de
K-medias fue elegido en base a pruebas de Quick clusters
no estandarizados y revisión de medias y cuartiles de la
distribución (Hair, Anderson, Tatham & Black, 2000).
Familias disciplinadas: Son familias orientadas
al conflicto constante y no existe unión entre los integrantes
de estas familias. Se presentan conductas de
control y seguimiento de reglas, así como la organización
de actividades. Esto es, se busca la organización en las
actividades intrafamiliares así como el seguimiento de
las reglas establecidas o el establecimiento de nuevas.
Además son familias que están muy inclinadas al logro
de sus metas. Son moralistas, poco expresivas y sus
actividades intelectuales y recreativas no son frecuentes.
Familias cohesionadas: Orientadas a la dimensión
de relación y de crecimiento personal, generalmente son
altamente unidas y organizadas, así se estimulan para
actuar abiertamente y expresan directamente opiniones
y sentimientos, además de percibirse como personas
independientes. Están orientadas al logro de metas y
objetivos. Se percibe el conflicto pero al parecer es
resuelto en forma efectiva.
Familias sin orientación: Este tipo de familias
no están orientadas a ninguna dimensión. Las familias
con éstas características son moralistas y expresivas. No
hay control ni actividades intelectuales. El conflicto se
presenta muy frecuentemente. Los integrantes de estas
familias son medianamente independientes, lo que significa
que presentan esta conducta sólo en algunos casos y
cuando es conveniente para ellos. Las reglas que se
establecen son pocas y es muy probable que no se sigan.
Con el fin de buscar la relación entre los tipos
de familias que se obtuvieron y el estrés de la crianza
(dimensión de las características de la madre y
dimensión de las características del niño), así como la
relación de los tipos de familia con el desarrollo
cognitivo del niño, se realizó un análisis de varianza de
una sola vía con efectos fijos y sus respectivas pruebas
post-hoc de Tukey-B (SPSS, 1997) para el factor tipos de
familia y cada variable mencionada.
Tipología familiar y características de la madre y del niño
Es importante aclarar que puntajes altos indican
mas percepción de estrés en la crianza. En la Tabla 2 se
observa que las familias desorientadas tienen los puntajes
de medias mas altos, siendo significativa la subescala de
restricción, donde, la familia desorientada hace la diferencia.
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
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Tabla 2 – Comparación de medias entre tipo de dinámica familiar (ECF) y características de la madre y del niño
(IEP) e dos comparaciones significativas y dos relacionadas
Tipo familia Restricción Salud N Atención Humor
Disciplinada Media 17,14 12,14 35 20,40 11,91
Desv. 5,41 2,18 3,58 3,96
Cohesiva Media 17,02 12,00 34 21,58 11,52
Desv. 5,79 2,32 4,81 4,36
No-orientada Media 19,93* 11,51 29 22,34 15,31*
Desv. 4,36 2,45 5,56 5,05
Total Media 17,92 11,90 98 21,38 12,78
Desv. 5,37 2,30 4,68 4,69
* p=0,05 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
Cuando el factor es el tipo de familia (ECF) y
las características del niño (IEP) son la variable dependiente
(Tabla 2) se observa como significativa la
subescala de humor; donde las familias desorientadas
hacen la diferencia entre los grupos.
Tipología familiar y desarrollo cognitivo del niño
Las variables Tiempo de diseño de prismas y
Puntaje de secuencia (DECONI) presentaron niveles de
significancia al 0,01 para la primer variable y de 0,03
para el puntaje de secuencia, véase Tabla 3. La familia
cohesionada (ECF) hace la diferencia en puntaje de
secuencia y la familia disciplinada (ECF) hace la
diferencia en tiempo de diseño de prisma.
Tabla 3 – Comparación de medias para tipo de familia y las dimensiones de desarrollo cognitivo del niño (DECONI)
Tipo Puntaje Tiempo
familia Diseño
prisma
Logro
visual
Productos Laberinto Secuencia
Diseño
prisma
Laberinto Secuencia N
Discipli- Media 7,31 49,23 16,23 7,40 3,09 106,55** 48,62 46,75 35
nada Desv. 4,25 14,12 4,15 1,90 1,67 41,35 24,52 21,67
Cohesiva Media 9,18 51,41 16,88 8,03 4,44* 81,38 39,68 44,75 34
Desv. 5,58 13,39 5,13 1,78 3,04 47,10 24,69 22,31
Desorien- Media 9,55 51,10 15,66 7,62 2,97 89,10 45,25 43,55 29
tada Desv. 4,87 11,80 5,30 1,70 1,72 32,62 22,90 22,13
Total Media 8,62 50,54 16,29 7,68 3,52 92,65 44,52 45,11 98
Desv. 4,98 13,12 4,83 1,80 2,33 42,18 24,17 21,84
* p=0,015 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
** p=0,038 ANOVA-B de Tukey de una vía con efectos fijos.
Funcionamiento familiar, estrés de la crianza y desarrollo
cognitivo
Un análisis de varianza simple considerando los
totales de las subescalas para las variables dependientes
dimensión características de la madre y dimensión
características del niño (IEP) se observa valores
significativos en los puntajes de estrés de la crianza y
dimensión del niño respectivamente.
Tabla 4 – Comparación de medias de los tipos de familia con desarrollo cognitivo y estrés de la crianza
Tipos Familia Estrés de la
crianza
Dimensión del
niño
Dimensión de
la madre
Desarrollo
cognitivo
N
Disciplinada Media 169,4286 91,5429 77,8857 84,1143 35
Desv. 33,1958 15,4165 20,3308 20,9885
Cohesionada Media 165,6176 89,4412 76,1765 88,5294 34
Desv. 25,6740 15,0438 13,9707 18,0172
Desorientada Media 186,2414 100,8276 85,4138 86,2414 29
Desv. 37,8462 21,5871 18,9615 15,6311
F 3,5 1125 2,3 168
P 0,03 0,02 0,10 0,61
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En la comparación de medias, las familias
desorientadas (ECF) mostraron puntajes mas altos con
respecto a las variables dependientes. Este tipo de
familias conceptualiza la crianza como más estresante,
tanto en la dimensión de la madre como la del niño
pero sus hijos no se encuentran desaventajados
comparados con los de los otros tipos de familias.
Discusión y conclusiones
El tamizaje nos presenta una imagen clara de la
población estudiada, lo cual puede deberse a diferentes
razones; primero, se tiene una población muy homogénea
es decir, con características muy similares y específicas
en lo social; y segundo, se encuentran todos en el mismo
momento de desarrollo familiar; es decir, se trata de
parejas jóvenes con dos o tres hijos pequeños sin adolescentes
y viviendo en condiciones de pobreza extrema.
En el análisis donde se espera una relación
entre los datos de funcionamiento familiar y el estrés de
la crianza en la dimensión de la madre, se observa que el
tipo de familia sin orientación está relacionado con la
dimensión de la madre, en particular con la subescala de
restricción, en la cual la madre percibe que su papel de
madre restringe su libertad e interfiere con las
actividades y/o logros que mantienen su identidad. Con
respecto a la dimensión del niño se encontró relación
entre el subgrupo de familia sin orientación con la
subescala de humor; según el IEP, en la conceptualización
que la madre tiene de su hijo, ellas perciben a un
niño triste, deprimido, que llora frecuentemente y no
muestra signos de felicidad. Comparándola con los
otros dos subgrupos, las familias sin orientación son
poco favorables para un funcionamiento adaptativo en
otros entornos o poco saludables.
Las percepciones de los padres hacia la
conducta de sus hijos y sus sentimientos de competencia
como padres son elementos esenciales (Mash &
Johnston, 1990); todos los padres enfrentan situaciones
de tensión diariamente y sus efectos pueden acumularse
y afectar la calidad del maternaje y de la interacción
madre-hijo dentro de la familia a la que pertenecen.
Un factor que no mostró diferencias estadísticas
al relacionarlo con el desarrollo cognitivo fue el
ingreso familiar, el salario que estas familias perciben no
es suficiente y es muy probable que no satisfaga todas
las necesidades básicas de la familia (alimentación,
vivienda, vestido y salud), pero dada la homogeneidad
de la población era imposible tener la variabilidad
suficiente para evaluar el impacto de esta variable.
Una consideración que es fundamental para
iniciar esta discusión se refiere a que en lo psicológico,
la pobreza no es importante en términos de lo que se
pueda comprar o tener sino con relación a la manera en
que impacta el desarrollo cognitivo del niño y su
bienestar social. Los padres con muchas ganancias
sostienen como definición de éxito un nivel alto de
expectativas, mientras que padres de bajo salario tienen
una motivación al logro que promueve muy poco al
éxito en la escuela (Entwisle, Alexander & Olson, 1997).
Entendido de esta manera, no es la situacionalidad
geográfica urbana de la periferia la variable directa, sino
un periodo en el que se encuentra la familia, donde
existe una alta vulnerabilidad al impacto de la pobreza
puesto que es el primer año escolar de su hijo y en la
mayoría de las familias es el primogénito. Es durante
este periodo que la familia se encuentra en crecimiento
y ajuste, tanto psicológico como económico, por lo que
la pobreza amenaza con mayor riesgo la estabilidad de la
familia (Bronfenbrenner, McClelland, Werhington, Moen
& Ceci, 1996). Además es un proceso donde interactúan
algunas variables sociales como la ocupación del padre,
el nivel educativo de la madre, no sólo pensando en la
escolaridad sino en las habilidades de socialización de
los padres; el ingreso familiar y las condiciones de la
vivienda. Estudios anteriores (Haveman & Wolf, 1995;
Conger, Conger & Elder, 1997) sugieren que una combinación
de las variables mencionadas se correlaciona
significativamente con el desarrollo académico.
Como se observa en la Tabla 3 los niños de
familias disciplinadas se toman mas tiempo para responder
y tienen las medias mas bajas en contraste con los
niños de familias cohesivas, cuyos tiempos de respuesta
son los más bajos de los tres tipos de familias y sin
embargo tienen las medias mas altas, especialmente en
secuencia, en donde si existe diferencia significativa.
En las familias cohesivas, se presentan frecuentemente
conductas de expresividad, independencia,
crecimiento personal, orientación al logro y organización;
existe el conflicto pero se resuelve de manera positiva.
Al parecer, esto es mas favorecedor hacia el niño que las
conductas orientadas al control, establecimiento y
seguimiento de reglas de las familias disciplinadas y eso
también se ve reflejado sobre los puntajes de estrés de
la crianza, en donde las madres de familias cohesivas se
perciben a sí mismas como menos estresadas por la
crianza de sus hijos, menos restringidas por su papel de
madre y perciben mayor apoyo de la pareja.
Es interesante hacer notar que en las condiciones
de pobreza extrema y considerando personas
con 6 a 10 años viviendo en pareja, sería inútil
promover estrategias de convivencia y el interés por la
socialización dentro de la familia sin enfatizar la
disciplina como rasgo fundamental. Más aún, cualquier
estrategia dirigida a establecer condiciones para el
desarrollo del niño y la familia urbana en pobreza
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
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extrema deberá apuntar hacia el establecimiento de
habilidades de expresividad e independencia y manejo
de conflictos y sobre todo habilidades de entrenamiento
en relaciones interpersonales y socialización. El comportamiento
dirigido a metas y orientado a la organización y
al logro en la familia son dos patrones que deberán
establecerse para darle una orientación al proceso
(Ritcher, 2003). En este momento del desarrollo de la
familia, lo que parece interferir en el desarrollo del niño
e incrementar el estrés de la madre son las medidas de
control y la falta de habilidades de relación interpersonal,
lo mismo que la definición de metas y dirección de
acciones organizativas orientadas al logro, al menos en las
zonas urbanas empobrecidas de las ciudades de México.
Agradecimentos
Los autores agradecen a la Secretaria De
Educación y Cultura del Estado de Sonora y al Sistema
Nacional de Integración de la Familia por el financiamiento
otorgado para la realización del estudio.
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Recebido em agosto de 2005
Reformulado em outubro de 2005
Aprovado em outubro de 2005
Sobre os autores:
José Ángel Vera Noriega é doutor em Psicologia, investigador do Centro de Investigação em Alimentação e
Desenvolvimento A. C. e professor do Departamento de Psicologia e Ciências da Comunicação da Universidade de
Sonora.
Dulce Karina Morales Nebuay é psicóloga da Direção-Geral de Educação Indígena da Secretaria de Educação do
Estado de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
Cristina Vera Noriega é psicóloga da Direção-Geral de Educação Especial da Secretaria de Educação do Estado
de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
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